Teniendo en cuenta los tipos de texto trabajados en clase, ¿qué tipo de texto diría que es este?




La palabra conciencia (y, en algunos casos, consciencia) posee diferentes significados, todos relacionados con la mente humana y con la lucidez, es decir, con la capacidad para percibir nuestro entorno. No se trata de un término simple de definir, y de ello se han ocupado disciplinas tan distintas como la filosofía y la psicología.
En su origen, tanto conciencia como consciencia provienen del vocablo latino conscientia,
fruto del prefijo con- (“unión”, “junto”) y el verbo scire (“discernir” o “separar mentalmente una cosa de otra”), y que provenía del adjetivo conscius (“confidente”).
Alrededor del siglo I a. C. esta palabra se
utilizaba para referirse a los saberes compartidos, al conocimiento general y, por lo tanto, al
autoconocimiento del ser humano, o sea, al conocimiento que tenía que ver con su existencia, su pensamiento y sus acciones. En ese mismo siglo, sin embargo, el término fue empleado por primera vez con el sentido de “remordimiento”, por el poeta latino Horacio (65-8 a. C.), para traducir el término griego
syneidesis (equivalente más o menos a “capacidad imaginativa”). A partir de entonces comenzó a usarse con el sentido de “tener algo en la conciencia”.
Como podemos apreciar, la palabra ha tenido una historia
de cambios y matices que han ido engrosando su significado.
Hoy en día le atribuimos casi todos esos
sentidos provenientes del latín, en especial los que se relacionan con el conocimiento de sí mismo (como en “ser consciente”) y el juicio moral de las propias acciones (como en “tener limpia la conciencia”).
Por lo tanto, cuando hablamos de conciencia nos estamos refiriendo a: La capacidad de conocer nuestro entorno y ubicarnos en él, o sea, la lucidez. La capacidad de reflexionar sobre la realidad y asumir una postura frente a ella. La capacidad de juzgar nuestras acciones desde una perspectiva moral (buenas o
malas).Los mismos sentidos aplican cuando catalogamos a alguien de consciente o inconsciente, y para empleos mucho más específicos de la palabra, como los que veremos más adelante. Por último,
debemos decir que la conciencia, entendida como la capacidad de percibir, entenderse y juzgar la propia existencia, es una capacidad, que sepamos, exclusiva de los seres humano



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