El fútbol argentino volvió a ser escenario de actos de violencia gravísimos, que causaron un muerto y un herido de arma blanca. Nuevamente, entonces, la violencia fue la protagonista y esto hace necesario que se trace una estrategia más adecuada para erradicar un cuadro que no cesa de causar víctimas.El espectáculo deportivo más popular del país transcurrió tanto el sábado como el domingo marcado por el dolor. Primero fue el asesinato de un joven de 21 años simpatizante de Vélez y luego, al día siguiente, la batalla entre facciones de la barra brava de Boca causó un herido, el destrozo de dos autos y 183 detenidos.El nivel constante de violencia que rodea al fútbol ya parece crónico. Las diferentes barras bravas han trazado lazos con dirigentes de fútbol y también con políticos, gremialistas y policías, naturalizando su existencia y sus prácticas, muchas de ellas vinculadas a actividades abusivas y delictivas. La actividad de las barras bravas y la explosión de violencia en el fútbol se produce en un contexto en el cual proliferan las armas en la sociedad civil, se expande el consumo de drogas y alcohol y los lazos y normas tradicionales quedan relegados. Además, la Policía y la Justicia han ido perdiendo efectividad en su labor. De hecho, en muchas ocasiones el desempeño de los encargados de seguridad en los espectáculos deportivos agrava los problemas que se registran.El desafío de frenar la violencia en el fútbol debe involucrar a los dirigentes deportivos, sociales y políticos, a la Policía y a los organismos judiciales. Si bien se deben tomar medidas de seguridad más adecuadas para prevenir los actos de violencia, también se requiere una estrategia más profunda, capaz de sustituir la actual cultura de la barbarie. Es de esperar, entonces, que se tomen medidas para que no haya que lamentar más víctimas. ¿Cuál es la hipótesis del artículo?¿qué argumentos sostienen la hipótesis?¿Cuál es la conclusión a la que arriba el texto?​

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