Cualquier cálculo que implique cualquier pareja de números, del tamaño que sean, puede hacerse empleando los mismos datos una y otra vez de manera recursiva.
Si suena todo muy mecánico, es porque ese es precisamente el objetivo. Con los sistemas de valor posicional, puede programar una máquina para hacer aritmética.
Desde los días de las calculadoras mecánicas a los superordenadores de hoy, la automatización de la aritmética ha sido posible gracias a la preciosa idea de valor posicional.
Pero el héroe no reconocido en esta historia es el