Después, ya son ambos lancheros. ¡Sí! lancheros; sobre las grandes embarcaciones chatas y negras; colgándose de la cadena que rechina pendiente como una sierpe de hierro del macizo pescante que semeja una horca; remando de pie y a compás; yendo con la lancha del muelle al vapor y del vapor al muelle;

¡Sí! lancheros; el viejo y el muchacho, el padre y el hijo; ambos a horcajadas sobre un cajón, ambos forcejeando, ambos ganando su jornal, para ellos y para sus queridas sanguijuelas del conventillo. ibanse todos los días al trabajo, vestidos de viejo, fajadas las cinturas con sendas bandas coloradas, y haciendo sonar a una sus zapatos groseros y pesados que se quitaban al comenzar la tarea, tirándolos en un rincón de la lancha. Esperaba el trajín, el cargar y el descargar.
El padre era cuidadoso: -¡Muchacho, que te rompes la cabeza! ¡Que te coge la mano el chicote! ¡Que te vas a perder una canilla!-. Obrero viejo y de padre encariñado. Hasta que un día "El tio Lucas no pudo moverse de la casa, porque el reumatismo le hinchaba las coyunturas y le taladraba los huesos". ¡Oh! Y había que comprar medicinas y alimentos; -Hijo, al trabajo, a buscar plata; hoy es sábado. Y se fue el hijo, solo, casi corriendo, sin desmayarse, a la faena diaria. Era un bello día.
En el muelle rodaban los carros sobre sus rieles, crujían las poleas, chocaban las cadenas. Era la gran confusión del trabajo que da vértigo; el son del hierro, traqueteos por doquiera, y el viento pasando por el bosque de árboles y jarcias de los navíos en grupo..

1:¿Qué razones obligan al hijo del tío Lucas que es menor de edad a realizar trabajos de ad Describe el ambiente de trabajo de los lancheros y explica si es propicio para un menor de edad.

2:Explica las consecuencias que trajo a la familia el accidente ocurrido en el muelle.

3:El problema que se plantea en el cuento es vigente en nuestra sociedad Explica​