Resumen de este texto:

Para la redacción de la nueva Carta constitucional de 2008, los
pueblos y nacionalidades indígenas, montubias y afroecuatorianos,
presentaron sus demandas en torno al reconocimiento de la diversidad cultural y étnica del Ecuador, a través de la declaratoria del
Estado intercultural y plurinacional (Grijalva, 2009).
Dada su preocupación por la soberanía alimentaria, consistente en
el derecho de los pueblos a decidir los alimentos que van a consumir con base en sus prácticas culturales por encima de las exigencias del mercado, manifestaron su oposición a la contaminación
de las fuentes de agua pura, por medio de la minería o la explotación de petróleo, en tanto ponen riesgo su vida y la convivencia
armónica con la naturaleza.
Otro tema de demanda ha sido la educación intercultural bilingüe,
para que reproduzca en sus nuevas generaciones los elementos de
su identidad cultural. Han solicitado respeto a sus formas organizativas propias, para lo cual han exigido el reconocimiento de las
circunscripciones territoriales indígenas como formas de gobierno
de Régimen Especial, que se autogobiernan bajo principios y modelos culturales propios; un ejemplo de estas prácticas es la justicia
indígena.
Como parte del respeto a sus formas de vida, han solicitado el respeto a sus prácticas medicinales y de sanación (CONFENIAE, 2007).
La Constitución de 2008 recogió las propuestas indígenas y declaró
el Estado social de derechos, intercultural y plurinacional. Incluyó
además el principio de convivencia armónico con la naturaleza,
que orienta la convivencia de los pueblos indígenas, denominado el Buen Vivir o Sumak Kawsay, que implica un estado de vida
armónico y respetuoso con la naturaleza y lo presenta como el
objetivo de vida para toda la población ecuatoriana (CRE, 2008).