Respuesta :

La enseñanza y el aprendizaje de la comunicación en una lengua extranjera -diferente a nuestra lengua materna­ constituyen hoy una necesidad social y una prioridad que puede ser -entre otras- personal, académica, científica, profesional y cultural (1). En consecuencia, su uso no dependerá del nivel de dominio de ellas, sino de la valoración que se le asigne (2). Por ejemplo, sería absurdo pensar que un profesional de la salud podría laborar en un hospital de Alemania sin dominar el alemán. En este caso se convierte una necesidad para el trabajo, es decir, un pre-requisito.