1. "Se ha señalado también que el discurso no admi- te en absoluto ningún grado, por mínimo que este sea, de improvisación". De lo anterior podemos inferir que:

a. se habla de discurso en un sentido estricto, en tanto que en la cotidianidad aquello que hablamos es un discurso y no necesariamente lo planeamos.

b. se habla de discurso en un sentido amplio, en tanto que supone un ejercicio de preparación que no acepta improvisación.

c. se habla de discurso únicamente para efectos del texto en cuestión.

d. se habla de discurso como una dimensión de la comunicación que no da lugar a la espontaneidad de las interacciones humanas.​