Las fábricas y los obreros aparecieron en el siglo XIX con la revolución industrial, la cual se había iniciado a fines del siglo XVIII. Esta no solamente en una transformación económica, sino que igualmente fue una revolución porque implico toda una ruptura con el pasado, cambio las formas de organización social, el modo de pensar, la cultura y la vida cotidiana. En un principio los más afectados fueron los obreros, pues como no habían leyes que los protegiera, recibían poco salario y mucho trabajo, como lo muestra el siguiente de un trabajador ingles de la época. "En realidad no había horas regulares: patronos y administradores hacían con nosotros lo que querían. A menudo se adelantaban los relojes de las fábricas por la mañana y se atrasaban por la tarde y en lugar de ser instrumentos para medir el tiempo, se utilizaban como capotes para el engaño y la opresión. Aunque esto se sabia entre los hombres, todos tenian miedo de hablar, y entonces los trabajadores temian llevar relojes consigo, pues no era cosa rara que despidieran a cualquiera que presumiera de saber demasiado sobre la ciencia de las horas".​