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Mujeres y deuda externa: lo que damos y lo que nos quitan Quienes analizan las consecuencias de la deuda, suelen adoptar una perspectiva de observadores/ as externos/as frente a lo que pretenden explicar. En el intento de lograr reflexiones rigurosas y objeti- vas, muchas veces, olvidan/olvidamos aquello que hemos vivido y que nos ha motivado a ocupamos de estos temas. A veces, es necesario recordar que las consecuencias de las políticas macroeconómi cas se viven desde la proximidad y se leen desde lo cotidiano, por ello es imposible, a menos para mí, disociar mis recuerdos del análisis de la deuda, por- que cuando era una niña y Chile aún vivía bajo la dictadura de Pinochet comencé a observar algu- nas cosa que cambiaron mi entorno más cercano: Muchos de los conocidos quedaron en el paro y se comenzó a hablar de exilio económico. Comenzaron a abundar las personas que trabaja- ban en la economía informal, la venta ambulante y la elaboración de productos caseros de cocina. Por primera vez en mi vida of hablar de ollas comu- nes y comedores comunitarios. En los hospitales comenzaron a enviar a los enfer- mos/as a sus casas porque no había camas. Al mis- mo tiempo las parroquias, las ONGs y los consulto- rios empezaron a hacer talleres monitores de salud y primeros auxilios. Algunos de mis compañeros/as de colegio empe- zaron a faltar a clases y algunos nunca volvieron. Mi madre, que era maestra, pasó de tener 20 alum- nos en su aula a tener 40 o más. Al cabo de un tiempo alguien me explicó que todo esto era culpa de algo que se llamaba deuda ex- terna y que estábamos frente a un programa de ajuste estructural, que en términos simples era re- ducir el gasto público: todos excepto los militares, y aumentar los ingresos mediante la apertura comer- cial, la disminución de los salarios y la flexibilización laboral. Y a mis miedos de niña bajo la dictadura se sumó un nuevo fantasma que se llamaba deu- da externa. Sin embargo, al poco tiempo la expli- cación que me dieron no me acababa de con- vencer y comencé a preguntar: ¿Por qué las madres de tantos de mis compañeros/ as se marchaban del país? ¿Por qué la mayoría de las personas que trabaja- ban en la economía Informal y vendían en la calle eran mujeres? ¿Por qué quienes llevaban adelante ollas comunes y comedores comunitarios eran mujeres? ¿Por qué los cursos de monitoras de salud y prime- ros auxilios solo iban dirigidos a mujeres? ¿Por qué a mi madre, a pesar de tener el doble de alumnos, le bajaron el sueldo a la mitad mientras que a los maestros hombres, les mantuvieron su es- caso salario intacto? ¿Por qué quienes dejaron de ir al colegio y nunca volvieron fueron mayoritariamente las chicas y no los chicos? Muñoz Saavedra, J. (s/f). Mujeres y deuda externa: lo que damos y lo que nos quitan, GLOOBAL. En: https://bit.ly/2Huh0Of. Recuperado el 26 de abril de 2018 ños y compañeras​

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