Amanecio con una llovizna aspera que caia del cielo. Hacia mucho frio y teniamos la nariz congelada. Ibamos hacia la parada de autobus y recorde que habia olvidado mi pantalon de montaña. Mi profesora de esqui también llevaba ropa para nosotros, asi que no habia problema. Alvaro iba el ultimo porque fisicamente era mas debil que los demas. Atras quedaba mi mama, que desde el balcon me saludaba. Tenia la sensacion de que iban a ser unos dias fantasticos.