El quiosco de Pablo y Susana.


1. ¿Qué información es relevante para la gestión del quiosco de Pablo? ¿Por qué?

2. ¿Qué aspectos de esa información refieren a la lógica interna del quiosco y qué aspectos se vinculan con las condiciones externas y del entorno?


Texto:


El quiosco de Pablo y Susana

Hace quince años que Pablo tiene su quiosco en la calle Arieta, en la ciudad de San Justo. Es

un negocio familiar atendido por él y Susana, su esposa. Aunque no se han convertido en millonarios, el quiosco les ha permitido tener un pasar económico aceptable. Tres años después

de iniciar el negocio Pablo y Susana pudieron comprarse una casa, cambiar el auto e inclusive

alquilar un departamento cada verano en el balneario de Santa Teresita.

Como sabemos los quioscos generan sus beneficios económicos de un modo relativamente

sencillo: compran productos a un precio inferior al que luego ofrecerán al público. Sus márgenes de ganancias surgen, precisamente, de la diferencia entre el precio de compra y el de

venta.

Cuando recién comenzaban, Pablo y Susana compraban sus golosinas a pocas cuadras del

quiosco, en un mayorista que comercializaba casi todas las marcas que existen en el mercado.

Sin embargo, dos años después, habían empezado a comprar sus productos directamente a

los fabricantes. Aunque debían hacer pedidos de mayor volumen, el costo era sensiblemente

menor al que pagaban en el mayorista del barrio.

El trabajo en el quiosco –reconocen Pablo y Susana– es aburrido y rutinario. Abren de lunes

a viernes a las siete de la mañana porque en ese horario empieza a haber movimiento en el

barrio. Cierran a las ocho de la noche, cuando la mayoría de los trabajadores ya han vuelto

a sus casas. Los sábados abren solo hasta la una de la tarde, y los domingos descansan. La

experiencia de tantos años en este negocio les ha permitido saber que bien temprano en la

mañana, y casi llegando al horario de cierre, lo que más se vende son chocolates y cigarrillos, de modo que esas cosas no pueden faltar nunca. Al mediodía tienen mucha demanda

de sándwiches, que Susana elabora pacientemente la noche anterior. Venden un promedio

de cincuenta por día. Sin embargo, Pablo y Susana saben que la demanda de sándwiches

cae llegando la primavera porque las mujeres los remplazan por yogures dietéticos. Por ello

a comienzos de septiembre suelen llenar las heladeras con esos productos. En septiembre y

octubre aumentan también los pedidos de "barritas de cereal" y disminuyen, casi en la misma

proporción, los de chocolates. Un tiempo después la demanda de chocolates vuelve a subir.

Pablo lo sabe, conoce a sus clientes, llegando a noviembre muchos de ellos abandonan la idea

de estar flacos para el verano, y también la dieta.

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