Ekapol Chantawong, un entrenador de fútbol de 25 años, llevó al equipo de doce muchachos que entrena a
conocer una cueva. Los futbolistas tenían entre 11 y 16 años.
de buzos del ejército y de otros países, los doce niños y el entrenador fueron rescatados y vieron la luz del sol ahogarse. Hasta el tercer día no fueron localizados por unos buceadores, y a partir de ese momento, con ayuda Las repentinas lluvias provocaron que la cueva se inundara y tuvieran que huir hacia el interior para no
18 días después. Durante este tiempo sin luz ni alimentos, el entrenador afrontó con los muchachos las diferentes dificultades que fueron surgiendo. Con su consejo y ayuda lograron:
Beber agua limpia tomándola de las estalactitas.
- Racionar las golosinas que llevaban al entrar.
- Mantenerse agrupados todos para transmitirse apoyo y seguridad.
- Practicar meditación para mantener la calma los días de espera.
Cuando llegaron los equipos de rescate, Ekapol Chantawong contribuyó a que los muchachos pudieran: Recuperar fuerzas tomando alimentos poco a poco, para no tener náuseas tras los días sin comer.
- Superar los miedos al agua para aprender natación y buceo en un cursillo intensivo que les dieron.
- Infundir ánimo para afrontar el buceo continuado en agua turbia durante más de 4 kilómetros
de recovecos y túneles estrechos.
- Evitar el pánico y ayudar a comprender que solo se les podía sacar en pequeños grupos, por lo que
algunos debían aguardar más tiempo en el interior de la cueva.
Con la ayuda de 1300 personas, se culminó el rescate antes de que empezaran las lluvias torrenciales que caen en aquella zona del planeta en la época del monzón, evitando así la tragedia.
PREGUNTA:
¿Qué parecidos tiene este suceso con la historia del pueblo de Israel que cuenta el Éxodo?