1.- Observa los siguientes textos sobre las nubes ¿cual es el objetivo y cual subjetivo?

TEXTO 1 Las nubes son una suspensión de pequeñas gotitas de agua en el seno de la atmósfera, que se originan y perduran como consecuencia de un Interrumpido ascenso de aire cargado de suficiente humedad. Estas gotitas de agua condensada tienen tendencia a caer por su propio peso, pero las corrientes ascensionales de aire las sustentan e impiden su definitiva caída al volverlas a elevar una y otra vez. En el curso de estos sucesivos ascensos y descensos, unas gotas chocan con otras, a las que incorporan a sí mismas, aumentando así de masa y volumen. [...] las nubes son de color blanco cuando tienen poco grosor o cuando el sol brilla sobre su superficie. Cuando son muy densas y gruesas, tienen color gris o negro debido a que ofrecen al observador situado en el suelo su lado no iluminado. Las nubes pueden clasificarse atendiendo a su forma o a su altura. Atendiendo a su forma, las nubes pueden dividirse en dos grandes grupos: estratiformes, de forma tabular, y cumuliformes, de forma globular.STRAHLER, Arthur: Geografía Fisica. Omega.

TEXTO 2 Las nubes nos dan una sensación de inestabilidad y de eternidad. Las nubes son -como el mar- siempre varias y siempre las mismas. Sentimos, mirándolas, cómo nuestro ser y todas las cosas corren hacia la nada, en tanto que ellas-tan fugitivas- permanecen eternas. A estas nubes que ahora miramos, las miraron hace doscientos, quinientos, mil, tres mil años, otros hombres con las mismas pasiones y las mismas ansias que nosotros. Cuando queremos tener aprisionado el tiempo -en un momento de ventura- vemos que han pasado ya semanas, meses, por el años. Las nubes, sin embargo, que son siempre distintas, en todo momento, todos los días, van caminando clelo. Hay nubes redondas, henchidas de un blanco brillante, que destacan en las mañanas de primavera sobre los cielos traslúcidos. Las hay como cendales tenues, que se perfilan en un fondo lechoso. Las hay grises sobre una lejanía gris. Las hay de carmín y oro en los ocasos inacabables, profundamente melancólicos, de las llanuras. Las hay como velloncitos iguales e innumerables, que dejan ver por entre algún claro un pedazo de cielo azul. Unas marchan lentas, pausadas; otras pasan rápidamente. Algunas, de color ceniza, cuando cubren todo el firmamento, dejan caer sobre la tierra una luz opaca, tamizada, gris, que presta su encanto a los paisajes otoñales. La existencia, ¿qué es sino un juego de nubes? [...] "Vivir -escribe el poeta-es ver pasar: ver pasar, allá en lo alto, las nubes". Mejor diríamos: vivir es ver volver. Es ver volver todo en un retorno perdurable, eterno; ver volver todo -angustias, alegrías, esperanzas-, como esas nubes que son siempre distintas y siempre las mismas, como esas nubes fugaces e inmutables. AZORÍN, Castilla. Espasa-Calpe Ian dan baut R​