El primer paso en la construcción de la autonomía es el desarrollo de la capacidad de auto-reflexión y autoconocimiento. Este proceso implica una introspección profunda sobre los propios valores, creencias, fortalezas, debilidades, metas y aspiraciones. Al fortalecer esta base, una persona puede tomar decisiones más informadas, responsables y auténticas, lo cual es esencial para ejercer una verdadera autonomía.