Una parcela de una reserva indígena está empezando a ser ocupada por personas ajenas a las comunidades que allí habitan. Antes de que la comunidad pudiera tomar acciones al respecto, el ejército nacional decidió intervenir desalojando a los nuevos ocupantes, estableciendo puntos de control en las entradas de la reserva, patrullando constantemente y deteniendo sospechosos. Aunque la intervención del ejército alejó a los invasores, los habitantes de la reserva vieron afectada su libertad de movimiento dentro y fuera de esta.