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retórica.
texto: Ortografía en Internet: ¿llegó el fin de las reglas?
Por Matthias Erlandsen
La mensajería instantánea, la rapidez de publicación y un excesivo uso de anglicismos son
los determinantes de que la ortografía en Internet esté cada vez, más deteriorada.
Internet le está ganando al buen eso del lenguaje. No es un fenómeno que se esté dando
únicamente en el español, sino que se ha trasladado a la mayoría de los idiomas. La rapidez
con que se deben publicar los contenidos, la aparición de las redes sociales, los softwares de
mensajería instantánea y - para el caso del castellano – la lucha por introducir palabras
inglesas a como dé lugar en el léxico ya existente, han hecho que la calidad de los contenidos
en línea se vaya deteriorando.
El fenómeno lleva mucho tiempo. De hecho, Gabriel García Márquez, en el I Congreso
Internacional de la Lengua Española, hizo notar la inutilidad de la existencia de ciertas reglas
ortográficas plasmándolas en un polémico discurso que proponía “jubilar la ortografía” y que
algunos catalogaron de una burla, una broma o una decisión frívola del Premio Nobel.
Escribir de la forma correcta es un ejercicio que dejó de practicarse con la introducción
masiva de los programas de mensajería instantánea y ahora, más recientemente, con las redes
sociales. En un nuevo escenario donde la rapidez y la efectividad en la entrega del mensaje
prima, se pierde la calidad del mismo, pasando por alto reglas y convenciones. Muchos abogan
que la razón para acortar palabras o cambiar una letra por otra es la manera que se tiene de
“personalizar el mensaje” cuando no se entrega cara a cara.
Pero, los errores ortográficos, ¿también son una personalización? Aunque a veces podemos
cometer errores de tipeo, o simplemente saltarnos una tilde, los errores más frecuentes vistos
en internet corresponden a la confusión de letras V-B, C-S-Z, Q-K, o algunas faltas de H. Estas
son muchas veces inofensivas, pero pueden confundir al lector.
Las tildes son, sin duda, uno de los grandes baches en la web. Dado que los buscadores
reconocen su falta o mala ubicación dentro de la palabra, mucha gente ha optado por
suprimirlos de su gramática, lo que a la larga genera posibles problemas para el lector al no
poder comprender fácilmente el mensaje.
Álvaro Peláez, miembro de la Fundación del Español Urgente, dijo a El País que “ en este
proceso en que la escritura se convierte en publica, adquiere un valor diferenciador. Si leemos
una opinión bien escrita, otras mal escrita y en ningún caso conocemos al autor, lo normal es
hacerle más caso a la primera. Mucha gente es consciente de esto y hace el esfuerzo en
mejorar”.
En una sociedad tan poco preocupada de estos detalles, respetar la ortografía es una carta
de presentación completamente valida. De hecho, en los foros de discusión en línea corre el
dicho “si no puedes con su argumento, métete con su ortografía”, demostrando que aún
quedan personas preocupadas de recuperar el lenguaje en su forma original.