A Jesús le apasionan el mar y los peces. Por eso, además de ir al muelle a contemplar sus maravillas, en casa tiene una pecera. El mes pasado, él y su familia se fueron de vacaciones por 10 días. Antes de salir de casa, su papá decidió bajar el interruptor general de electricidad para evitar accidentes y consumos innecesarios de energía. Cuando Jesús se enteró, se preocupó mucho, pues la bomba de aire de su acuario no iba a funcionar durante todo ese tiempo y sus peces morirían al no tener oxígeno para respirar. Cuando regresaron de vacaciones, Jesús corrió a revisar su acuario y, para su sorpresa, ¡todos los peces estaban vivos!
