En un rincón olvidado de la vasta ciudad, donde las sombras se entrelazaban con las luces de neón, habitaba un anciano relojero. Sus arrugadas manos manipulaban con destreza los diminutos engranajes de un reloj antiguo mientras sus ojos, llenos de sabiduría acumulada a lo largo de los años, escudriñaban el paso del tiempo con una mezcla de nostalgia y asombro.” PREDOMINA un NARRADOR ​