Actividad 3. Lee este otro fragmento de la novela Nada poniendo especial atención a las figuras retóricas a) Subraya con distintos colores las personificaciones y comparaciones que hay en el fragmento Empezó a temblarme el mundo detrás de una bonita niebla gris que el sol irisaba a segundos. Mi cara sedienta recogía con placer aquel llanto. Mis dedos lo secaban con rabia. Estuve mucho tiempo llorando, allí en la intimidad que me proporcionaba la indiferencia de la calle, y así me pareció que lentamente mi alma quedaba lavada. En realidad, mi pena de chiquilla desilusionada no merecía tanto aparato. Había leído rápidamente una hoja de mi vida que no valía la pena recordar más. A mi lado, dolores más grandes me habían dejado indiferente hasta la burla... Corrí, de vuelta a casa, la calle Aribau casi de extremo a extremo. Había estado tanto tiempo sentada en medio de mis pensamientos que el cielo se empalidecía. La calle irradiaba su alma en el crepúsculo, encendiendo sus escaparates como una hilera de ojos amarillos o blancos que mirasen desde sus oscuras cuencas... Mil olores, tristezas, historias, subían desde el empedrado, se asomaban a los balcones o a los portales de la calle Aribau. Un animado oleaje de gente se encontraba bajando desde la solidez elegante de la Diagonal. [...] Delante de mis ojos un poco doloridos, se iluminó aquel farol, familiar ya como las facciones de un ser querido, que se levantaba sobre su brazo negro delante del portal. Carmen Laforet, Nada, 2.a ed., Barcelona, Destino, 2019, pp. 243 y 244 (Austral Educación) (fragmento). ​