que se anunciaba. Era época en que los inspectores
venían a controlar los trabajos y el grano guardado, y
a cobrar sus tributos. Se llevarian casi todo lo recogi-
do en las tierras del Inca, salvo la parte que quedaba
de reserva por si ocurría una peste o una sequía. Se
guramente también elegirían las niñas entre ocho y
diez años que serían llevadas a Cuzco. Algunas irían
a los talleres del emperador; otras estarían destina-
das a los templos, como Virgenes del Sol. Las más
hermosas serían elegidas por el Inca como segundas
esposas o concubinas, o él mismo las entregaría en
me ayudan a reformular esa parte y otras ​