Respuesta :

Juan llegó a la ciudad con una maleta y un sueño. Las luces de los rascacielos lo recibieron, prometiéndole oportunidades. En el bullicio de las calles, encontró trabajo en una cafetería y amigos en el parque. Aunque extrañaba su tierra natal, cada día en la nueva ciudad le enseñaba algo nuevo. Con esfuerzo y esperanza, construía un nuevo hogar, sintiéndose, poco a poco, parte de ese lugar.