Está es la continuación de la lectura: -¿Y en cambio qué? - Bueno, si verdaderamente lo quieres saber, ayer en la tarde el patrón se acercó por aquí, me miró y luego hablando con su esposa le dijo: - Está muy tierno todavía, dejemosle aún cantar; cuando esté un poco más robusto, le cortaremos el cuello. ¡Pobre gallo! entre los lamentos de todas las gallinas, humillado y preocupado, siguió de aquí para allá con la mirada perdida en el vacío, pensando con amargura las contradicciones de la vida. N