El oro y las Ratas Había una vez un rico mercader que antes de hacer un largo viaje, le confío todo su oro a su mejor amigo. Paso el tiempo, el mercader volvió y lo primero que hizo fue ir a recuperar su fortuna. ¡Malas noticias! Anunció el amigo. Guarde tu oro en un cofre sin saber que en mi casa había ratas. ¿Te imaginas lo que pasó? No lo imagino repuso el mercader. Las ratas se comieron el oro. Que desgracia estoy arruinado. Sin demostrar sospecha alguna, invito a su amigo a comer a su casa