El Viejo es pariente de Gabriel, y es conocido por ser un hombre rico pero avaro. Ernesto, por su parte, no se deja afectar por el trato despectivo del Viejo, que dispuso hospedarlos en la cocina de los arrieros. Está entusiasmado con conocer las ruinas incas, los muros antiguos que aún conserva la ciudad. El joven tiene una gran sensibilidad y se conmueve ante los muros o el repicar de la campana de la iglesia. Este párrafo es: