Cuentan que después del ataque japonés a la base norteamericana de Pearl Harbor, en 1941, un soldado de Japón, temeroso de las represalias de Estados Unidos, se desertó de las filas de su ejército y se internó solo en las montañas, allí se aisló de todas las personas y poco a poco se adaptó a la vida animal. Decidió no volver a salir a la civilización, por temor a ser condenado por traición a la patria. Pasaron los años y nunca se enteró de la finalización de la guerra. Después de más veinte año