Santo Tomás de Aquino acepta las tres características de la ética aristotélica que son el intelectualismo, la búsqueda de la felicidad y la realización del fin último. Pero añade que si la felicidad intelectual, racional aristotélica se alcanza en este mundo entonces el hombre puede ser feliz en el transcurso de su vida, separándose con esto de Aristóteles, porque para Santo Tomás: