Mujer, yo hubiera sido tu hija, por beberte La leche de los senos como de un manantial Por mirarte y sentirte a mí lado y tenerte En la risa de oro y la voz de cristal Por sentirte en mis venas como Dios en los ríos Y adorable en los tristes huesos de polvo y cal Porque tu ser pasara sin pena al lado mío Y saliera en la estrofa limpia de todo mal