En el siglo XVIII el "gusto " se convirtió en algo digno de atención y de preocupación pues se temía que el arte quedara reducido a la simple opinión basada en lo ofrecido inmediata y exclusivamente por los sentidos y que, por lo tanto, se hiciera imposible emitir cualquier juicio objetivo sobre ella. De esta forma, una de las salidas que ellos consideraron para esta cuestión fue