Tenemos como evidentes por sí mismas estas
verdades: que todos los hombres nacen iguales; que su creador les ha dado ciertos derechos
inalienables, entre ellos la vida, la libertad y la
búsqueda de la felicidad; que para garantizar
estos derechos los hombres instituyen entre
ellos gobiernos cuyo justo poder emanar del
consentimiento de los gobernados; que si un
gobierno, cualquiera que sea la forma, llega a
desconocer estos fines, el pueblo tiene el derecho
de modificarlo o de abolirlo y de instituir un nuevo
gobierno que se funde sobre tales principios.

Analizamos el texto y respondamos las
siguientes preguntas:
¿Qué valores pondera esta declaración?
¿Qué papel juegan los hombres?
¿Cómo debería de ser un gobierno?
De