86 La silla del inca Cuenta la leyenda que el máximo soberano del Imperio incaico solía ir desde las tierras altas del Cusco hasta Caravelí, en Arequipa. Un fastuoso cortejo recorría la larga senda que conduce al mar. Entre la multitud se veían varios hombres fornidos que llevaban en andas al inca en persona. La música sonaba y, al llegar al lugar indicado, se entregaban las ofrendas a los dioses. La ceremonia era seguida atentamente por el soberano, quien permanecía sentado en una hermosa silla