Respuesta :

janire

La introducción es una parte muy importante de cualquier texto, ya que como su propio nombre indica, introduce los temas y cuestiones que se tratarán de forma más detallada y pormenorizada a lo largo del desarrollo de lo que escribas.

1 En primer lugar, si ya has redactado el cuerpo principal del texto, deberás localizar y jerarquizar por orden de importancia las ideas principales que lo compongan, así tendrás una imagen general de lo que el escrito pretende transmitir y que será lo que tu introducción debe contener. En el caso de que aun no lo hayas empezado a escribir, piensa detenidamente acerca del contexto del tema a tratar y cuales consideras tú que son las líneas principales que vas a desarrollar en el texto. 2 Una vez que tengas presente cuales son las ideas principales y el contexto del escrito, puedes empezar a elaborar la introducción. Ten en mente que lo que estás haciendo es presentar estas ideas principales de forma una forma clara y entendible para que el lector tenga un contexto inicial sobre el cual se desarrollarán los temas que quieres tratar, para ello, es aconsejable que comiences la introducción con una definición del tema principal del texto. También puedes añadir un breve contexto histórico en el caso de que sea necesario, por ejemplo si el texto trata sobre un personaje de la historia o algún acontecimiento. 3 Si el texto es complejo y largo, es conveniente que la introducción sea acorde a ello y cuente con subsecciones, o que incluso, sea escrita como "capítulo" inicial de un libro. En estos casos puedes dividir la introducción en una síntesis o resumen, y un prefacio o prólogo donde expondrás las consideraciones y argumentaciones de lo que te ha llevado a escribir el texto. 4 Cuando ya tengas elaborada la introducción releela varias veces para asegurarte de que es entendible y que introduce y refleja cláramente los temas e ideas principales del escrito. Ten en cuenta que la introducción a un texto no debe ser más compleja y larga que el propio escrito en sí.