Los polders holandeses son paisajes humanizados, pues constituyen una obra de ingeniería por la que el ser humano gana espacio útil al mar; al menos esto es lo que han logrado los holandeses mediante la implementación de diques y desecación de espacios, para uso agrícola desde hace varios siglos.
No solo existen polders en Holanda, aunque estos, según se cree, fueron los primeros, también existen polders en otros lugares del mundo con el mismo objeto, desecar un terreno cubierto por agua, para usarse como terreno útil agrícola.
Al ser una obra de ingeniería no puede tratarse como paisaje natural, pues la intervención humana es notoria.