Quizás no hemos pensado nunca en ello, pero tener nombre es algo muy importante. Imaginemos un mundo ficticio donde tuviéramos que convivir en sociedad sin tener nombre propio, nos estaríamos confundiendo continuamente. ¿Cómo llamaríamos la atención de una persona en concreto en medio de un grupo? Si gritáramos "¡Ey, tú!", todos girarían la cabeza y entonces tendríamos que ir especificando, por el color del cabello o de la camiseta... Su nombre es una de las primeras palabras que los niños aprenden desde muy pequeños. Tener nombre nos diferencia y nos orienta en las interacciones