El bosque deciduo o caducifolio se caracteriza
por un clima de veranos cálidos e inviernos frescos. Se dan en áreas templadas
un poco más secas que las que dan origen a los bosques templados con
precipitaciones anuales entre 75 y 126 cm, el suelo es rico en nutrientes ya
que las bacterias y los hongos del suelo mantienen el flujo de materiales
inorgánicos de manera efectiva.
Se caracteriza por arboles de maderas duras y hojas anchas, como el roble, la
encina, la carya, el maple y la haya. En general son árboles caducifolios, es
decir, con la llegada del otoño sus hojas se secan y caen, manteniéndose sin
hojas durante el invierno, y creciendo retoños durante la mitad de la
primavera. Originalmente los bosques templados caducifolios contenían
originalmente una gran variedad de mamíferos grandes como pumas, linces, lobos,
osos y muchos mamíferos medianos, así como aves, reptiles y anfibios. A pesar de que los
bosques intervenidos poseen una diversidad inferior a la de los bosques
vírgenes, la fauna y flora sobreviviente han logrado adaptarse a las
intervenciones humanas por temporadas, no sin que existan ciertas tenciones.Los
suelos de los bosques caducifolios soportan muy bien las técnicas de
agricultura artesanal y tradicional, pero se degradan con bastante facilidad
ante métodos de agricultura intensiva e industrial.