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¿Cuál industria se fortifico en Venezuela en el siglo XX y si aun en el siglo XXI se mantiene?

En las décadas finales del siglo XX,  sectores profesionales y políticos propusieron «sacar al petróleo de la discusión política», que era lo mismo que plantear que los venezolanos no discutiéramos «de algo que es parte esencial de lo que somos, para bien o para mal»: esto es, que «no hablemos de nosotros» afirmó, con atinado juicio, Ramón Piñango.2 De modo indefectible el petróleo marcó el rumbo que siguió la sociedad venezolana en el siglo XX, que la explicación de Arturo Uslar Pietri hace obvio: «el hecho más importante en la historia de este país es la aparición del petróleo. Lo que realmente establece una línea divisoria, un divorcio de aguas es el surgimiento de la riqueza petrolera».3 Esas ideas hacen comprensible plantear que un problema de investigación relevante en el campo de las ciencias sociales es entender ¿cómo, en los inicios del siglo XX, el país aldeano y pobrísimo que no tenía saberes sobre producción petrolera industrial construyó la institucionalidad petrolera? Sobre algunos temas contenidos en esa interrogante es que trata este documento.

La pionera exploración geológica, que rastreó el país entre 1911 a 1916,4 proporcionó datos hasta ese momento desconocidos de las cuencas sedimentarias con hidrocarburos. Fue notable por reunir a más de medio centenar de exploradores, lo que no era frecuente en expediciones del mundo y por examinar más de cincuenta «menes» en la costa del lago de Maracaibo y norte de Venezuela, localizados gracias a los datos aportados por lugareños. Cuentan los exploradores que la desnutrición, la malaria, la fiebre amarilla y la anquilostomiasis diezmaban a la población; que burros y curiaras eran el medio de transporte tradicional; que los trayectos en ferrocarril eran reducidos y que para ir de Caracas a Maracaibo había que embarcarse en un barco que hacía escala en la isla de Curazao. Relatan que los pueblos no tenían caminos ni redes de agua potable ni de aguas negras, y que poblaciones más grandes carecían de servicios urbanos. Narran que, al caer la tarde, terrenos al descubierto eran invadidos por enjambres de insectos y al anochecer las viviendas eran escondrijos de chinches.5

No eran esas las opiniones del extranjero que juzga de modo más severo la realidad local. Conocemos, a través de testimonios de venezolanos que vivieron en las primeras décadas del siglo pasado, que Venezuela «era un país aislado, muy pobre y muy limitado»,6 y sabemos por la investigación económica de la segunda década del siglo XX que se encontraba en «la más absoluta pobreza».7 En ese atraso social y económico, ¿qué tan escasas eran las posibilidades endógenas para explorar, extraer y exportar petróleo a escala industrial?, ¿qué incipientes los procedimientos industriales de la compañía petrolera venezolana la Petrolia del Táchira?

Aunque parezca sorprendente, desde finales del siglo XIX, Venezuela corre con la fama de ser un negocio petrolero poco rentable8 y por eso la cuestión petrolera era imprecisa para el Ejecutivo Nacional. En 1917, el Ministro de Fomento, Gumersindo Torres, dijo en sus Memorias que el gabinete ministerial y él mismo desconocían los asuntos petroleros.9 Y sí alguna significación tiene la frase que da por cierto que los venezolanos eran novicios en leyes petroleras –atribuida al general Juan V. Gómez–10 es que hace notar que el país aldeano no advierte todavía que tiene petróleo, aunque el hallazgo del pozo Zumaque en el campo Mene Grande en 1914 fue un indicio de su existencia. No obstante, ese descubrimiento sí llamo la atención de las grandes corporaciones, pero tuvieron que esperar a que finalizara la Primera Guerra Mundial para emprender en firme la perforación petrolera, que en definitiva descubriría pozos con una producción equiparable a la de los yacimientos más fértiles del mundo. Años después se averiguaría que los primeros pozos perforados en la zona del Lago de Maracaibo eran parte de una de las acumulaciones de petróleo más gigantescas del mundo Occidental: el campo costanero Bolívar.