Hablante Lírico, objeto y tema de este poema
Café
En el tiesto los granos de café tienen sonido de pisadas.


Los granos se oscurecen y el pensamiento se agita;
cucharadas de azúcar los negrean y abrillantan.


El aroma es un caballo que trepa los tejados.
Todo está quieto, solo el perfume tiene manos,
esas manos que van caldeando el medio día.


Después de horas, el molino tiene su pascua
y un polvo fino,
como si fuera sangra de fósiles pretéritos,
se amontona en un plato sin tiempo.
Es paciencia,
paciencia honda.


Gota a gota irá levantando tus espinas,
irá rompiendo muertos,
irá, después, cuajando palabras,
las bellas palabras que se ahogan a este lado de la vida.