La moral inca era una jerarquía de valores basada en la verdad, honradez y el trabajo. Sus preceptos eran:
-ama k'ella (no ser ocioso)
-ama sua (no ser ladrón)
-ama llulla (no ser mentiroso)
A los delincuentes se les castigaba con 500 azotes en la primera falta y en la segunda eran apedreados y muertos.