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ABS son las siglas de «Anti-lock Braking System», en español «Sistema Antibloqueo de Frenos» o «Antiblockiersystem», en alemán. Se trata de un dispositivo utilizado en automóviles y otro tipo de vehículos que permite variar la fuerza de frenado para evitar que los neumáticos pierdan adherencia sobre la calzada. Si bien inicialmente fue un sistema desarrollado para los aviones, en 1978 la compañía Bosch hizo historia cuando introdujo el primer sistema electrónico de frenos antibloqueo.

En la actualidad, esta tecnología se ha convertido en la base para todos los sistemas electrónicos que utilizan alguna forma el ABS. Por ejemplo, los controles de tracción y de estabilidad. Más del 75% de los vehículos que se fabrican en el mundo ya equipan de serie el ABS. Un porcentaje que elevamos al 100% si hablamos de los turismos fabricados en la Unión Europea, ya que desde el 1 de julio de 2004 es obligatorio que todos lo incorporen de serie.

¿Cómo funciona el ABS?

El ABS funciona de manera conjunta con el sistema de frenado tradicional del vehículo. Consiste en una bomba que se incorpora a los circuitos del líquido de frenos y en una serie de detectores que controlan las revoluciones de las ruedas. En caso de detectar una frenada brusca o que, una o varias ruedas reduzcan repentinamente sus revoluciones, el ABS entrará en acción e interpretará que las ruedas están a punto de quedar bloqueadas sin que el vehículo se haya detenido.

En este escueto vídeo podemos ver de manera clara las ventajas que ofrece el ABS.

Por lo tanto, esto quiere decir que el vehículo comenzará deslizarse sobre la calzada sin control y sin que podamos modificar su trayectoria. Para que esta situación no tenga lugar, los mencionados sensores envían una señal al Módulo de Control del sistema ABS, el cual reduce la presión realizada sobre los frenos, sin que intervenga en ello el conductor. Todo ello de manera totalmente autónoma.

Una vez se «normaliza» la situación las ruedas giran de nuevo correctamente. El ABS controla nuevamente el giro de las ruedas y actúa otra vez si éstas están a punto de bloquearse por la fuerza del freno. En caso de emergencia, el procedimiento se puede repetir entre 50 y 100 veces por segundo. El conductor sentirá una vibración en el pedal del freno pero podrá seguir teniendo el control sobre la trayectoria del vehículo, con la consiguiente posibilidad de poder esquivar el obstáculo y evitar el accidente.

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