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Fábula

género literario

Explicación paso a paso:

La fábula es una composición literaria narrativa breve, generalmente en prosa o en verso, en la que los personajes principales suelen ser animales o cosas inanimadas que hablan y actúan como seres humanos. Cada fábula cuenta, en estilo llano, una sola y breve historia o anécdota que alberga una consecuencia aleccionadora. Posee "una intención y redacción didáctica de carácter ético y universal"[1] que casi siempre aparece al final y más raramente al principio, llamada generalmente moraleja o adfabulación. En el Diccionario de retórica y poética de Helena Beristáin[2] se indica que “se trata de un género didáctico mediante el cual suele hacerse crítica de las costumbres y de los vicios locales o nacionales, pero también de las características universales de la naturaleza humana en general”. El Gato y el Ratón

Había una vez un pequeño ratón que vivía en la casa de una mujer vieja. La señora, que temía de estas criaturas, colocó muchas trampas para matarlo. El ratón, asustado, le pide ayuda al gato de la mujer.

-¿Podrías ayudarme, lindo gatito? -le dijo al gato.

-Sí, ¿en qué? -respondió este.

-Solo quita las trampas de la casa -dijo el ratón.

-Hmmm... Y, ¿qué me das a cambio? -dijo el gato.

-Finjo ante la señora que estoy muerto, ya que tú me has matado; ella creerá que eres un héroe -respondió el ratón.

-Me has convencido -dijo el gato.

El gato sacó las trampas de la casa, pero el ratón nunca cumplió su parte del trato. Un día, la señora descubrió que fue el gato quien sacó las trampas. Ella, muy enfadada, decide dejar al gato en la calle.

La siguiente es un ejemplo de fábula en verso, es un texto de Tomás de Iriarte:[3]

La rana y la gallina

Al que trabaja algo, puede disimulársele que lo pregone; el que nada hace, debe callar.

Desde su charco, una parlera rana

oyó cacarear a una gallina.

«¡Vaya! -le dijo-; no creyera, hermana,

que fueras tan incómoda vecina.

Y con toda esa bulla, ¿qué hay de nuevo?»

«Nada, sino anunciar que pongo un huevo».

«¿Un huevo sólo? ¡Y alborotas tanto!»

«Un huevo sólo, sí, señora mía.

¿Te espantas de eso, cuando no me espanto

de oírte cómo graznas noche y día?

Yo, porque sirvo de algo, lo publico;

tú, que de nada sirves, calla el pico».