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Explicación:

Vencedores o Vencidos (Judgment at Nuremberg, 1961) explora, de forma contundente y profunda, uno de los episodios colaterales más interesantes del régimen nazi. Hemos visto muchas veces el aspecto militar y represivo del régimen de Hitler pero el cine en pocas ocasiones nos ha mostrado lo que ocurría en otros ámbitos de la sociedad alemana. Y, en este caso, a través del juicio a una serie de prestigiosos miembros de la judicatura alemana, entramos de lleno en lo que supuso, para los profesionales de los diferentes sectores, convivir con los preceptos de una ideología totalitaria y excluyente. La película nos plantea la difícil coexistencia del sentimiento de patriotismo alemán (poderosamente exacerbado tras la derrota en la Primera Guerra Mundial y las duras condiciones establecidas por el Tratado de Versalles) y la obediencia a un régimen que llegó al poder prometiendo recuperar la grandeza de la nación teutona.  

Si, por patriotismo, los juristas decidían quedarse en el país, no tenían más remedio que seguir las crueles directrices de esterilización, segregación, deportación, reclusión, etc... que exigía la doctrina nazi sobre los colectivos que, según ellos, amenazaban la pervivencia de la raza aria (en especial los judíos). Vencedores o Vencidos (Judgment at Nuremberg, 1961) explora, de forma contundente y profunda, uno de los episodios colaterales más interesantes del régimen nazi. Hemos visto muchas veces el aspecto militar y represivo del régimen de Hitler pero el cine en pocas ocasiones nos ha mostrado lo que ocurría en otros ámbitos de la sociedad alemana. Y, en este caso, a través del juicio a una serie de prestigiosos miembros de la judicatura alemana, entramos de lleno en lo que supuso, para los profesionales de los diferentes sectores, convivir con los preceptos de una ideología totalitaria y excluyente. La película nos plantea la difícil coexistencia del sentimiento de patriotismo alemán (poderosamente exacerbado tras la derrota en la Primera Guerra Mundial y las duras condiciones establecidas por el Tratado de Versalles) y la obediencia a un régimen que llegó al poder prometiendo recuperar la grandeza de la nación teutona.  

Si, por patriotismo, los juristas decidían quedarse en el país, no tenían más remedio que seguir las crueles directrices de esterilización, segregación, deportación, reclusión, etc... que exigía la doctrina nazi sobre los colectivos que, según ellos, amenazaban la pervivencia de la raza aria (en especial los judíos).