Para volar una cometa los niños necesitarán la cooperación de otra persona, de un amiguito, de su papá o su mamá. Mientras esta persona agarra la cometa en posición vertical, alejada del suelo, el niño, con el hilo en la mano, debe echar a correr, y cuando alcance unos 10 o 15 metros, el que sujeta la cometa deberá soltarla. Cuanto más largo sea el hilo, más alto volará la cometa, una vez echada a volar. Volar una cometa es un juego y a la vez un deporte. De hecho, hay competiciones muy importantes en este sentido Cuenta la historia que las cometas nacieron en la antigua China, por el año 1.200 a. C. Los chinos las utilizaban como dispositivo de señalización militar. Los movimientos y los colores de las cometas constituían mensajes que se comunicaban en la distancia entre destacamentos militares. En Europa, por el siglo XII, los niños ya jugaban con cometas a las que añadían cuerdas para hacerlas sonar. La cometa incluso fue utilizada por el inventor estadounidense, Benjamin Franklin, para investigar los rayos e inventar el pararrayos. Hoy en día, la cometa mantiene su popularidad entre los niños de todas las culturas.
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