Lectura: Los comuneros olvidados: la insurrección de 1781
Tomada y resumida de : Rausch, J. M. (1996). Los comuneros olvidados. Boletín Cultural y Bib~ iográfico, 33(41), 3.
Se estima la población del Virreinato en el año 1789 en 1.260.281. En el Nuevo Reino de Granada vivían 753. 408,
En la parte de Quito 446.966 y en Panamá 59.913. La principal ciudad era Santa Fe de Bogotá con 18.161 habitantes.
La sublevación se inició en la población de Socorro, que pertenecía a la Provincia de Santa Fe de Bogotá y que
ahora pertenece a la Provincia de Santander. La revuelta fue iniciada por Manuela Beltrán de Quesada, nacida al
parecer el 13 de marzo del año 1724 en la ciudad de Socorro, en Santander.
Ese día, más de 2 mil personas se agolpaban en la plaza donde se ubicaba la Alcaldía de Socorro para protestar contra
el anuncio de nuevos impuestos establecidos por el Visitador-Regente. En ese momento, Manuela Beltrán consigue
canalizar el malestar del pueblo tras esos anuncios y al grito de «Viva el Rey y muera el mal gobierno, no queremos
pagar la armada de Barlovento”( impuesto a los criollos para mantener las flotas militares que según los españoles
protegían las colonias americanas de nuevas invasiones), llegó al frente de las masas a la puerta de la Alcaldía. Entonces,
Manuela arrancó el Edicto colgado en la puerta de la Alcaldía que anunciaba los nuevos impuestos, simuló limpiarse
el trasero con él y terminó arrojando el Edicto al suelo.
El 16 de marzo de 1781, la revuelta estalló en. el Socorro. donde la combi nación de las medidas del regente y el reciente
establecimien to del libre comercio amenazaban la hasta entonces ind ustria floreciente de textiles. Después de nega rse a pagar
los nuevos impuestos, cerca de 6.000 insurgentes atacaron la bodegas del gobierno en e l pueblo, expulsaro n a las autoridades
españ olas y el igicron sus propios dirigentes. El movimiento inicial e ra popular y predomina ntemente criollo. El líde r fue
Juan Franc isco Berbeo, y sus subalternos e ran pequeños comerciantes, agricul tores y funcio narios municipales.
Cuando la revuelta se extendió a Tunja, Antioquia, Neiva, Pamplona y Casanare, un grupo de indíge- .nas, alentados por el
ejemplo de Túpac Amaru en el Perú, brindaron su apoyo. El 2 de junio, un ejército que se dice estaba compuesto por 20.000
personas enfurecidas se reunió en el pueblo de Zipaquirá, a un día de distancia de Santafé, clamando por la supresión del
monopolio del tabaco y la abolición de muchos impuestos Y del cargo de visitador general. Extremadamente alarmado,
Gutiérrez de Piñeres reactivó la Junta Superior de Tribunales, un comité existente de la Real Audiencia Y los representantes
principales de la administración fiscal para acordar un arreglo con los socorranos antes que éstos impusieran por la fuerza una
AREA: CIENCIAS SOCIALES DOCENTE: NESTOR OMAR HERRERA
TEMA: Revolución de los comuneros PERIODO: lll GRADO: 7
FECHA DE APLICACIÓN: Octubre de 2021 ESTUDIANTE: todos
Instituto Técnico La Cumbre
“Formando lideres con sentido social"
Código: A-03-F04
Versión: 02
DOCUMENTO DE TRABAJO EN CLASE FECHA: 1 de Agosto de 2017
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solución invadiendo la capital. Cuando el principal negociador de la Junta, el arzobispo Antonio Caballero y Góngora, llegó a
Zipaquirá, recibió de Berbeo las Capitulaciones, documento con 35 puntos que exigía reformas administrativas, mayores
oportunidades para los criollos y un mejor tratamiento para los indígenas4. Para que el conflicto no se extendiera, y sintiéndose
indefenso frente al ejército enfurecido, Caballero y Góngora firmó el documento el 6 de junio, el cual fue aprobado por la
Audiencia al día siguiente. Teniendo la victoria en sus manos, Berbeo ordenó a sus seguidores que se dispersaran y
condescendió, al igual que muchos de sus compañeros, con las autoridades.
Su triunfo fue efímero. Cuando las noticias del arreglo llegaron a Cartagena, el virrey Flores lo desconoció de manera categórica
y el 6 de julio envió quinientos soldados a Santafé para restaurar el orden. Dirigidos por José Antonio Galán, mestizo de genio
violento, aquellos comuneros que no habían desistido continuaron la lucha hasta que Galán fue capturado en Onzaga
(Santander) el13 de octubre. Con el orden restaurado, el virrey Flores restableció los aborrecidos impuestos, y juzgó y ejecutó
a Galán y a tres de sus compañeros el 1 o. de febrero de 1782. Muy poco tiempo después, renunció a su cargo para aceptar ser
promovido como virrey de la Nueva España. En julio de 1782, la corona nombró como su sucesor a Caballero y Góngora. Uno
de los primeros actos del virrey-arzobispo fue conceder un perdón general a todos los involucrados en la insurrección del 7 de
agosto. La paz retornó, desde el punto de vista de las autoridades reales, pero no para los comuneros.