Respuesta :

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La Constitución Política de 1917 reserva para la Nación el dominio directo de los minerales, con la finalidad de lograr su explotación racional y de asegurar un reparto equitativo de la riqueza pública. Pero si bien, a casi cien años de la entrada en vigor de esta ley fundamental, la actividad minera, ha tenido un auge como no lo tuvo antes en toda su historia, al grado de hacer palidecer en sólo diez años los pingües beneficios obtenidos durante los trescientos años de dominación española, los bajos salarios que se pagan a los trabajadores que se dedican a esta actividad y las elevadas condiciones de riesgo e insalubridad a que se ven sometidos; el daño al medio ambiente y los mínimos pagos que por concepto de derechos cubren al Estado las empresas concesionarias; entre otros saldos negativos, parecen indicar que el pueblo de México no se beneficia en lo absoluto de la riqueza ubicada en el subsuelo de su territorio, contradiciendo esta realidad el texto y el espíritu de la carta magna aún vigente.

Dame calificacion porfa +_+