Respuesta :

En la antigüedad, se apreció como el poder y el mandato de las naciones correspondía a la Iglesia, y esto terminó muy mal, debido a que se evidenciaban decisiones bastante violentas para mantener el orden y control de la sociedad, lo cual se contradice con la postura de seguir y replicar las acciones de Jesús, de bondad, amor hacia el prójimo, perdón y respeto, etc.

En este sentido, la unión del poder civil y eclesiástico, no tendría buenos resultados si se repite en pasado, pues las personas se alejarían de la religión.  Tomando en cuenta que son dos entidades opuestas en la que el poder civil esta lleno de inmoralidad y las iglesias por el contrario deben dar el ejemplo de buenos valores.