Respuesta :

Respuesta:

Pero las nieblas de la duda no se desvanecieron por completo en mi espíritu, harto suspicaz.

La avaricia es medrosa y suspicaz.

--¡Qué fría está usted y qué suspicaz!

Otra vez a la soledad de su casa, a las tristes alternativas de un humor suspicaz y sombrío.

De aquí mi absurda, mi inverosímil ceguedad, siendo yo por lo común tan suspicaz y receloso.

--Siempre tan suspicaz, hija mía.

Tenía Ferragut el mismo carácter de todos los grandes corredores de aventuras amorosas: liberales y despreocupados en la vivienda ajena; pundonorosos y suspicaces en la propia.

Explicación:

Otras preguntas