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Los títeres aparecieron por primera vez en mi vida en Valdivia, por esas cosas del destino,

me vi envuelta cosiendo ropas, ojos y manos…junto a Jimmy, un titiritero valdiviano, y

otros amigos, en tiempo record, montamos la obra: “En el país de Ondalicio”, una función

de títeres para adultos…Al principio, cuando nos juntamos para definir el argumento de la

obra, con lápiz en mano anotamos todo lo que queríamos comunicar…entre risas, ideas y

cervezas… en las hojas del cuaderno se iban fijando, como un desahogo, lo que queríamos

expresar, lo que queríamos hacer notar.

Un par de meses más adelante, en el verano del 2005, andando por tierras nortinas me tope

con funciones de títeres en la plaza de Coquimbo…y fue ahí, en una noche aún veraniega, a

fines de febrero, que decidí dos cosas en mi vida: aprender el oficio de titiritero y hacer mi

tesis sobre el teatro de títeres…dos pájaros de un tiro. Fue en ese año que empezamos, yo y

mi compañero, Francisco, a acercarnos de una manera bastante intuitiva al arte de los

títeres, observando el trabajo de otras compañías, experimentando tanto con telas, esponjas

y pinturas como también con guiones, diálogos y voces…A la vez, comencé a inmiscuirme

en la literatura existente sobre el teatro de títeres como así también en investigaciones

realizadas desde la “academia” respecto al arte teatral; hallándome con la sorpresa del

poquísimo material existente sobre el teatro de títeres chileno, el cual ha sido escasamente

registrado en textos históricos y apenas estudiado por disciplinas afines.

Los títeres fueron envolviendo mis días a la vez que mi interés en su puesta en escena iba

cobrando mayor fuerza en los objetivos de la investigación. Así comenzó el trabajo de

campo, conversaciones con titiriteros, funciones en teatros, escuelas, parques, fotografías;

al mismo tiempo, ya en el 2006, Elizabeth Guzmán de la Cía. Candelillas, nos inicio en el

oficio…ese año, yo y mi compañero, formamos la Cía. La Boda y montamos una obra de

títeres para adultos: “La Muertecita del Fina’o Fernando”. Gracias a mi incipiente práctica

en el oficio como también gracias a la investigación antropológica logre distinguir en la

puesta en escena del teatro de títeres la manifestación de un hecho teatral: Como un

acontecimiento en el que confluyen diversas dimensiones socioculturales, al que se accede

y se abandona de manera ritual, conductas sociales definidas, uso de imágenes metafóricas,

alteración de espacios y tiempos. A la vez, la manifestación ritual de estas dimensiones

hace visible y pública una mirada, un discurso: una imagen, una voz. Como un mecanismo

Explicación:

losiento por darte mucha información y corona plis

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