Respuesta :

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Al entrar en el agua el peso del cuerpo es contrarrestado por la fuerza de flotación. Los huesos, articulaciones y músculos se liberan de la compresión y la tensión a la que están sometidos bajo el efecto de la gravedad. De allí que ofrezca los siguientes beneficios:

Cuando la musculatura se distiende y las articulaciones se relajan y descomprimen, se alivia el dolor y la inflamación.

Baja la frecuencia cardiaca y se reduce el esfuerzo exigido al corazón.

La posición adoptada puede facilitar la circulación sanguínea.

Favorece el movimiento articular.

Permite trabajar más tiempo a intensidad baja, y mejora la resistencia aeróbica, al mismo tiempo que tonifica los músculos.

El riesgo de lesiones es mínimo: la tensión sobre las articulaciones es escasa.

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