Respuesta :

Respuesta:

Tal vez esto te ayude un poco se que es mucho para leer pero es para que comprendas

Explicación:

Hay períodos de la vida en los que el tema que más interesa es

la propia situación actual. Y no sólo por curiosidad intelectual,

sino sobre todo por las consecuencias prácticas que se pueden derivar de tal interés y conocimiento en un momento dado, ya que

sólo conociendo bien nuestra situación suele ser posible actuar en

ella de la manera más satisfactoria posible. Ahora bien, las situaciones actuales son consecuencia de situaciones anteriores, que en

muchos casos se remontan hasta muy lejos en el tiempo, de manera

que el conocimiento de esos antecedentes es indispensable para

conocer bien las situaciones del presente. Esto es lo que pasa con

la situación de las mujeres, en la actualidad. Tal situación es, sin

duda, mucho más satisfactoria hoy —quizá para algunas completamente satisfactoria— de lo que lo era no hace demasiado tiempo. Y sin embargo, aún dista algo de ser del todo satisfactoria,

para algunas, principalmente en ciertas regiones. Para que llegue

a ser satisfactoria del todo y por todas partes, es indispensable

obrar aún mucho, y ante todo, obrar acertadamente. Para esto

último es indispensable, a su vez, que nos demos bien cuenta del

punto en que realmente nos encontramos. Pero, como vamos a

ver, este punto no puede determinarse con exactitud más que

comparándolo con otros anteriores, y tan anteriores que se anticipan a los tiempos modernos y aun a la era cristiana. En efecto,

la situación de la mujer a lo largo de los tiempos, se determina

por las ideas dominantes acerca de las relaciones entre el ser —es

decir, la manera de ser— de las mujeres, y su valer, en comparación con el ser y el valer de los hombres. De estas relaciones depende la situación real, familiar y social de la mujer. Pues bien,

hubo una primera, larga edad, caracterizada por la idea de la

desigualdad en el ser y en el valer entre el hombre y la mujer.

A la mujer se la concibió en esta primera edad, que abarca la

Antigüedad y la Edad Media, como inferior al hombre en los dos

sentidos, en el del ser y en el del valer. En los comienzos de la

Edad Moderna, sin embargo, empezó a abrirse paso la idea de

la igualdad en el ser y en el valer entre el hombre y la mujer,

pero puede afirmarse que esa idea no ha logrado imponerse por

completo ni siquiera hoy.