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Resumen:

La frontera norte de México es una región que desde hace varias décadas se caracteriza por su dinamismo, en especial con el cambio de modelo económico orientado a los mercados externos. El desempeño económico de las entidades que la componen ha sido, en términos relativos, mejor que en el resto del país. Con los datos de 1993 a 2008, es posible afirmar que es una zona ganadora en función del comportamiento de la tasa de crecimiento del producto per cápita. En este documento, mediante un marco teórico alternativo al neoclásico de crecimiento, se demuestra que el incremento en las industrias manufactureras ubicadas en ella es la causa principal detrás del círculo virtuoso de causación acumulativa experimentado.

Palabras clave: crecimiento económico regional, manufacturas y rendimientos crecientes.

 

 

 

 

Introducción1

La frontera norte de México es una de las regiones económicamente destacadas. Su cercanía con Estados Unidos, uno de los mercados más grandes del mundo, la coloca en una posición envidiable para fortalecer la industrialización y el avance del país. Desde el impulso a las actividades industriales, a mediados de la década de 1970, ha acumulado una gran capacidad productiva. Incluso desde antes, en el decenio de los años treinta, se fomentó su desarrollo a través de los perímetros libres, estrategia que continuó con la Segunda Guerra Mundial, la cual permitió abastecer por una temporada a los sectores agrícola e industrial de Estados Unidos.

Más adelante, en los años cincuenta, se continuaron los esfuerzos para promover a las industrias de la región, de acuerdo con el modelo de sustitución de importaciones, que era el gran programa de desarrollo nacional. El siguiente decenio marcaría un cambio trascendental en el panorama actual de las entidades norte–fronterizas (ENOF) de México. En 1961 se puso en marcha el Programa Nacional Fronterizo, entre cuyos objetivos principales estaba elevar el nivel de vida de todas las poblaciones fronterizas, a través de la creación de empresas nacionales, pero esto no sucedió, y en 1965 entró en operación el Programa de Industrialización de la Frontera, que convirtió a la región en una maquiladora importante de exportación de manufacturas ensambladas con materias primas y componentes importados libres de impuestos, de propiedad extranjera (López 2004).

Para autores como Hanson (1997), a pesar de las contradicciones generadas por una fuerte base maquiladora, existen pruebas de la presencia de economías de aglomeración en las manufacturas de las entidades del norte del país, lo que ha llevado a fortalecer su primacía económica en la medida en que lo ha hecho también la apertura comercial.

Al respecto, Dávila (2004) asevera que los estados del norte han resultado ampliamente ganadores con respecto a otras zonas, como resultado de las condiciones favorables en términos de su participación en el empleo del ramo manufacturero y la evidencia de altos coeficientes de localización del sector de 1980 a 1998. La aglomeración de actividades productivas de este tipo en la frontera norte y su relación con el progreso económico son aspectos que generan interés, y por ello se examinan en el contexto reciente.

En este trabajo se analiza el crecimiento económico de los últimos 16 años, con un marco teórico alternativo al modelo neoclásico que por tradición se ha empleado en estudios de este tipo. La investigación se vale de un modelo de causación circular acumulativa y las leyes de Kaldor (en especial la Verdoorn–Kaldor), las cuales permiten suponer que en México son más los factores de demanda que los de oferta los que explican la naturaleza del crecimiento regional. El argumento central es que la vocación productiva de un lugar define sus posibilidades de desarrollo económico; así como la existencia o no de actividades con rendimientos crecientes a escala, por lo general asociados a los giros industriales manufactureros.

 

Explicación:

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