El origen de este movimiento se originó en Francia y Bélgica. Para los simbolistas el mundo era un misterio por descifrar, y el papel del poeta era unir estos cabos sueltos trazando las correspondencias ocultas.
Comenzó a finales del siglo XIX justo en el momento que se propagaban los movimientos anti-dealistas que provocaba en los jóvenes rechazo y los inspiraba a soñar, a ser más espirituales y tener gran imaginación.
Todo nace con la obra Las flores del mal - Charles Baudelaire quien fue un simbolista, y el escritor Edgar Allan Poe a quien apreciaba. La estética del movimiento fue diseñada por Stéphane Mallarmé y Paul Verlaine más la generación de jóvenes escritores cansados del realismo.
Los poemas estaban embriagados de aventuras, símbolos, imaginación, evocando la música, sensibles e impregnadas de misterio y misticismo.
Sus seguidores eran anti-burgueses, intelectuales, con vidas bohemias, dejando atrás las normas establecidas e individualistas, se vestían de manera casual, no de manera llamativa, eran simples y elegantes, los hombres solían usar un lazo prominente en su cuello.
Los simbolistas sin duda eran seres sensibles que tenían eso en común, les afectaba el realismo, y tenían gran interés por las artes: literatura, pintura, música y esculturas.
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